jueves, 29 de enero de 2009

SIMPLEMENTE CONTESTÓ…

Solo en mi dormitorio en una noche de desolación, donde el recordar atrae el llanto, y este a la desesperada inspiración, intenté encaminar un diálogo con Dios buscando aliviar mis penas, justificarlas o fortalecerlas.
Y fue así:
- Explícame padre que es lo que estoy haciendo mal.
¿Es acaso que me equivoco al pensar que la amistad no conoce de edad, sino que se percibe a un amigo cuando se puede confiar en el, te valora por lo que eres y no te manipula para su auto-conveniencia?
¿Será tal vez que erro en sentirme seguro con los niños a los cuales siento lleno de pureza, y busco aprender o recuperar a través de ellos los valores que el tiempo me ha hecho perder?
¿Quizás está mal que intente ser yo, sin pretender conformar a los que me rodean? Es solo que pienso que actúes como actúes siempre existirá defecto alguno para ser objeto de crítica de algún individuo, y de no existir defecto alguno, será inventado. Por eso prefiero vivir a mi manera.
¿Es acaso que me he confundido y quizás solamente debería acatar los mandatos de la monótona vida en sociedad?, cuyos valores no me “cierran” en lo absoluto.
¿O será tal vez que solo debo resignarme a ser simplemente uno más, cumpliendo con mi rutinaria vida y esperando a que llegue el día en que deje de existir?
¡Mi Dios por favor dime!: ¿Quizás fue que me equivoque en buscar impulsar un cambio, una sana revolución y una adecuada rebeldía?
0 Y Dios simplemente susurró a mis oídos… “Hijo… fue para eso que te envié allí”

No hay comentarios: