lunes, 16 de febrero de 2009

TODO SE PUEDE DERRUMBAR EN UN CERRAR Y ABRIR DE OJOS…

Miren, observen y sean testigos de cómo todo esfuerzo por más grande que sea, puede derrumbarse por la simple incompetencia de algunos que poseen cierto poder.
Pesaba que aun éramos los suficientemente cuerdos como para entender que con niños no se juega.
Creía que conocíamos de compasión y de justicia.
Pero están aquellos que no conocen la justicia, y sus propios y codiciosos objetivos, los bañan en un mar de ingenuidad.
Piensen por una ves… recapaciten sobre lo que están haciendo, porque si realmente tienen las agallas de ensuciar con mierda a chicos inocentes cuyos valores buscamos mantener vigentes, seguramente no posean corazón. Deberían entonces hacer un alto en su camino y entender quienes son realmente y que es lo que quieren.
En mi necia mentalidad adolescente seguro estoy que nada ha de callarme. Nada ha de detenerme cuando algo me propongo.
No soy partidario de la injusticia y no suelo tolerarla.
Os aseguro algo, con mis niños nadie se mete. A los niños de mi padre nadie los toca.
Quiero prensa que todo esto fue un grabe error y como tal tendrá una urgente solución, la cuál mantengo fe que será la correcta de algo.
Ustedes y yo, peleamos por lo mismo… ¡los gurises! No seamos estúpidos entonces y no creemos conflictos entre nosotros. Seamos justos. Hagamos lo correcto. He visto a mis niños llorar por su culpa… devuélvanle la sonrisa que les pertenece.
Yo os estaré profundamente agradecido. Hoy he escrito en mi rol de escritor, pero con mis sentimientos de director técnico que lucha por lo que quiere…

SERÁ FÁCIL ENGAÑARME, SI YO MISMO LO HAGO

Tendrás que decirme que soy una buena persona, sacar a la luz mis virtudes y esconder o disimular mis carencias; ganarás así mi gratitud. No digas lo contrario porque te consideraré una persona desagradable.
Deberás llamarme amigo aunque no conozcas el “uno por uno” de mi persona.
Serás importante si me dices que me quieres, pues sino eres una persona más entre tantas otras.
Dirás estar de acuerdo conmigo muchas veces que discrepemos, para evitar conflictos.
Un “si” saldrá de tus labios cuando en realidad tu corazón me diga un “no”.
Viéndolo así; será para mi más confortable tus mentiras si me satisfacen, a tus verdades si me ofenden.
Adivina algo… soy hombre.
Todo humano en el mundo siente de vez en cunado la necesidad de escuchar lo que sus antojos piden, aunque esto no sea fruto de la sinceridad.
Varias veces solemos ofendernos por lo que se nos dice, aunque esto sea parte de la lealtad…
En ocasiones nuestro tonto orgullo nos auto lastima y nos confunde, y creemos que las palabras de los demás son causantes de grandes heridas, cuando en realidad, el simple hecho de no saber aceptarnos tales como somos, es lo que nos lastima.
Así somos muchas veces; conforme si se nos dice lo que queremos escuchar, aunque esto sea deshonesto.
Es por esto que muchas veces en la vidas somos engañados y lastimados por personas a las que llamamos “traidores”…
Pero el hecho es que nos lastiman porque nosotros se lo permitimos.
Como pretender que alguien más no me engañe, si soy yo quién vive una hermosa mentira de la cual estoy totalmente convencido.
Pero… es más fácil culpar a los demás, que mirarnos a un espejo y recapacitar con nosotros mismos.
Solo el día que nos aceptemos realmente como somos, no nos ofendamos por como nos ven los demás, y apoyemos los dos pies en el campo de la objetividad, podremos escuchar el verdadero pensar de los demás. ¿Por qué? Es simple… porque no tendrán temor de hablar no con sus cumplidos, sino con sus sentimientos.

LAS GRANDES COSAS DE LA VIDA

Todas las personas al nacer conocemos un natural mundo egocéntrico y materialista; un tanto egoísta y solitario… creemos que somos más importantes que quienes nos rodean, pues así nos sentimos; mantenemos que no necesitamos nadie que nos proteja, ni nos guíe::: nos sentimos fuertes.
Con el transcurrir del tiempo y de ciertas experiencias reveladoras, aprendemos que hay valores que son fundamentales y que nos enseñan a vivir.
Es entonces cuando en nosotros aparece el cambio y comienzo de nuestra firme madurez.
De esta manera, aprendemos a ganar amigos, y gente nueva a conocer; entendemos pues, que alguien no es más importante que alguien, sino que todos somos preciosos y deferentes.
Ya no nos ahogamos en el negro de la soledad y del necio “yo”, y nos vestimos de “rosa amistad”.
Una importante amistad que nos hace crecer continuamente.
Amistad que protegida por la pureza se mantendrá firme en nuestro corazón.
Puedo decir y asegurar entonces, que la vida sabe enseñarnos y virtud, darnos momentos que dejan eternas huellas en nuestras vidas; experiencias que nos enseñan a reír, a sentir… a vivir.
La vida vale la pena… ¡si la sabemos aprovechar!