jueves, 16 de julio de 2009

UN CAMPO MINADO POR EL QUE CAMINAN NIÑOS

Es este el salón de la fama, un gran lavadero de papeles verdes con mucho valor codicioso.
Es un gran buscador de valores perdidos y victimizados para enriquecimiento de los grandes, un gran creador de profesionales y destructor de ilusiones.
No es hoy ni lo será jamás, un deporte, bajo mi concepto en esta disciplina.
No es hoy ni lo será jamás, un juego que acoge y consuela a dotados como a descoordinados e insensatos…
Niños corren en un campo verde tras un balón, pues no saben cuantos intereses vencen en persecución al balón más ligero.
Cuanto valen sus venditas piernas y cuan poco importa lo que sientan sus corazones.
¡No corran tan aprisa! Dejen escapar esa pelota; es una bomba disfrazada de frágil diversión…
¿Qué importa más que ganar?... seguramente vencer al rival.
¿Qué importa más que una copa?... apuesto a que una riqueza individual material.
¡Fútbol! ¿Qué tanto vales hoy, que tanto daño cuestas?, ¿Qué tan importante eres si a tantos niños despojas?
¿Eres juego, o tal vez trabajo?
No eres más que una simple resaca de lo que fuiste una vez, un simple torpedo del cual todo el mundo se siente capacitado para opinar.
¿Qué son los técnicos?... por partido hay cientos, aunque uno solo tenga potestad.
¿Qué son los jueces?... mas que incompetentes que siempre se equivocan aunque logren el mejor y perfecto arbitraje.
¿Y los niños? Aquellos que aman el fútbol y que desean que llegue un sábado para ir a la canchita a jugar aunque sea cinco minutos…
Son solo títeres de nuestros antojos, mas de nuestras necesidades.
Son solo victimas a quienes dañamos, cuando lo único que quieren ellos es jugar…
¡Ten cuidado niño!, cuando entres a esa cancha de pasto verde; porque alguna bomba podría estallar…

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