jueves, 16 de julio de 2009

CONTROLA EL TEMOR QUE EN EL FONDO TE DESVELA

¿Es tu hijo? ¿Dónde está?
¿Era aquél que recientemente paso por aquí corriendo? ¿Se escondía? Tal vez huía de su padre el detective…
¿Es tu hijo? No. No lo es. Es hijo de Dios…
Solo él puede atarlo si lo desea, prohibirlo o sentenciarlo.
Tú juegas al agente temeroso porque tu crío comienza a crecer; a caminar. Temes y sufres seguro estoy; por él y en parte por ti.
¿Es tu hijo? No. No lo es. Es hijo del viento. Tan fugaz y velos; indispuesto a detenerse o coartarse.
Puedes limitarlo (en parte), pero jamás clausurarlo… sus metas siempre logrará cumplir.
¿Es tu hijo? No, es pájaro que aprende a volar, y más de una vez deberá revolcarse contra el duro suelo, para luego fortalecer su vuelo.
Es libre y tú puedes encerrarlo en una jaula si lo deseas; pero ninguna prisión es lo suficientemente fuerte para resistir una eternidad, y cuando la libertad lo visite nuevamente escapará y jamás volverá los brazos de quién lo mantuvo cautivo.
¿Es tu hijo? ¡Si! Claro que lo es. Te ama y tú lo amas.
Necesita que lo aconsejes y lo consueles, pero jamás que lo ahogues o sobre protejas; mucho menos aun que intentes decidir por él.
Tú viviste a tu manera y creaste tu manera de caminar. Él andará a su paso y con sus estrategias.
¡Hoy es tú hijo y siempre lo será! Pero recuerda bien… el niño que conoces hoy, creciendo ya está…

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