jueves, 16 de julio de 2009

INTRÉPIDO ADOLESCENTE

Rumbo a lo desconocido te diriges, así pues lo hacemos todos; más tu que eres un vendito escéptico…
Caminas por una avenida de perlas egocéntricas, más solo tú te importas. Eres indiferente.
Muestras ignorancia y desafías a quien se te cruzas; intentas demostrar que nada te lastima ni te afecta. Normal es… pero bien sabemos tu y yo que tu poca sensibilidad, muestra de aprecio y cariño son solo una máscara que te disfraza. Prefieres golpear a alguien o insultarlo; hablarle de mal modo, o fingir que no lo escuchas, cuando en realidad quisieras decir “te quiero”, dar un tierno abrazo o apretar fuertemente una mano amiga.
Ahora ya te preocupan simplemente los amores y las intrépidas y aventureras amistades. Buscas un ídolo que refleje los deseos que te desvelan y olvidas las personas que están a tu lado dedicando su vida a la creación de la tuya. Es normal… que creas que todo gira en tu entorno, que eres mágico, y muy importante. Lo eres; claro que lo eres. No obstante, no podrías vivir solo e independientemente del mundo ni un solo día…
Tus energías se reducen, pero tu potencial sexual se vigoriza. No quieres nada que te exija mucho esfuerzo, solo hablar de lo que te interesa y dormir veinticinco horas diarias si fuese posible.
Hay personas que te aprecian y te precisan; más tú las necesitas. Ellas solicitan debes en cuando una muestra de aprecio; un “gracias”, que demuestre que valoramos lo que hacen por nosotros.
Nadie en este mundo vive para complacer a otro, ni para servirle. No existen realmente los esclavos, pues toda paciencia tiene su límite.
Eres un adolescente que ama y odia la vida, a la vez, a veces te sientes fuerte e invencible y de vez en cuando te acoges sumiso y con ganas de morir.
Los momentos malos son tan reales como los buenos. Superarlos podrás seguro, pero jamás solo. ¡Entiende! bien jamás solo…

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