lunes, 24 de agosto de 2009

EL RATÓN Y LA JIRAFA JAMÁS ESTARÁN A LA MISMA ALTURA

Dos animales que jamás se mirarán a los ojos como parejos; se parecen a ti y a mí cuando hablamos de grandeza.
No puedes pretender que el conocedor se ubique en el mismo escalón que el vulgar charlatán. Puedes predicar tus farsas a aquellos incapacitados que quizás te crean, pero la palabra del puro conocimiento posee más fuerza.
Puedes decir que yo equivoco y desconozco; pero… ¿habéis leído un libro alguna vez?; ¿posees el intelectual buscador de aquel que desea profundamente prosperar y aprender?
No puedes pensar que nuestra “Plaza de Toros”, se equiparará al “Coliseo” romano… ¿sabes lo que es el “Coliseo”; y la “Plaza de Toros”?
Si tú te preocuparas por crecer día a día y por ser mejor en aquello que haces; si entendieras que no trabajas con animales; sino con niños que serán hombres mañana. Tú eres parte de su formación (por desgracia); de su mala o buena formación.
Si enseñaras sabiendo realmente lo que dices y por qué lo haces; y si no hubiera tanta envidia nacida del fracaso, yo no me diría superior a ti.
Pero sin duda alguna lo soy…
No porque sepa o conozca mucho, porque soy mas ignorante que sabio; pero si porque me interesa lo que hago y se mojar mi remera con el sudor del aprendizaje y del progreso. Porque día a día leo para conocer más de aquellos a quienes tanto influyo, protejo y aprecio. ¡Y no cobro dinero por hacerlo! Solamente gano satisfacción, aprecio y mágicas sonrisas que me llenan el vacío del corazón.
Eres una rata con sus dignas características que se enfrenta a la grandeza de una jirafa.
Te acercas a tu fin en aquello que dices hacer bien; que te crees bueno. Eres tradicional; eres patético…
Mira que tan débil soy y que tan fuerte si me lo propongo. Rata de mis suplicios, no camines entre mis piernas, porque yo no puedo verte; más he de ignorarte… y un día puede que acabes aplastado intencionalmente por mi determinada pisada.

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